La trata de personas es una forma contemporánea de esclavitud con fines de explotación sexual y/o laboral y es considerada un delito de lesa humanidad.
Las víctimas de trata suelen ser captadas o reclutadas mediante engaños y trasladadas hasta el lugar donde serán explotadas, sin que tengan la posibilidad de escapar de la situación de esclavitud o servidumbre a la que son sometidas. También existe la captación o reclutamiento mediante la adicción a las drogas y, en muchos casos, las víctimas son directamente secuestradas.
En los lugares de explotación, las víctimas son retenidas por los tratantes mediante amenazas, deudas, engaños, torturas y violencia y forzadas a prostituirse o a trabajar en condiciones infrahumanas.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, señala en su informe 2009 que las mujeres y las niñas constituyen alrededor del 80% de las víctimas identificadas. La trata de personas con fines de explotación sexual es una estremecedora realidad que golpea silenciosamente a cientos de personas en el mundo, principalmente a mujeres, niñas, niños y adolescentes.
Es uno de los delitos más lucrativos para las redes criminales que operan en el mundo, después del tráfico de drogas y de armas, violando gravemente los derechos humanos de las personas afectadas.
La pobreza y la violencia en la que viven cotidianamente muchas mujeres, son algunos de los factores que influyen para que caigan en manos de tratantes que valiéndose de la situación de vulnerabilidad en que se encuentran, las ilusionan con falsas promesas de trabajo mostrándoles un “mundo soñado” que cambiará sus condiciones de vida y la de sus familias.
Las mujeres que ingresan ilegalmente al país en busca de mejores condiciones de vida para ellas y sus familias, pasan la frontera en condiciones de extrema precariedad y expuestas a violencias de todo tipo, lo que las expone, más fácilmente, a caer en la trata de personas.
En Chile el problema es poco conocido y no existe información suficiente a disposición de la población para prevenir este delito. Tampoco contamos con una legislación adecuada para prevenir, sancionar y erradicar este crimen, ya que un proyecto de ley aprobado por unanimidad en la Cámara de Diputados en el 2007, aún espera en el Senado.
Sin embargo Chile es país de origen, tránsito y destino de trata de hombres, mujeres y niños/as con fines específicos de explotación sexual y trabajo forzado.
También mujeres y niñas chilenas son traficadas para ejercer la prostitución y el trabajo forzado en países vecinos como Argentina, Perú y Bolivia además de España. Mujeres y niñas de los países de América Latina son tentadas para venir a Chile con falsos ofrecimientos de trabajo y luego obligadas a ejercer la prostitución o la servidumbre doméstica.
Aspectos propios de nuestra cultura, discriminadora y machista, refuerzan la invisibilización de este crimen y en situaciones directamente relacionadas con el comercio sexual o desaparición de personas, se tiende a culpabilizar a las víctimas, por tanto aquellas que la viven en forma directa o indirecta prefieren esconder el hecho para evitar ser estigmatizadas.
En el año 2006 la Organización de Estados Americanos (OEA) señaló que en el año 2006 la Organización de Estados Americanos (OEA) señaló que entre 100.000 y 200.000 mujeres y niñas/os, algunas de apenas seis años de edad, son tratadas anualmente, con fines de explotación sexual.
La Organización Internacional de Migraciones (OIM), en una investigación del año 2008 identificó en Chile a 147 víctimas de Trata. El 60% correspondía a mujeres.