20/11/10

Yo a las Mujeres me las Imaginaba Bonitas


Mujeres Bonitas de Andrea Maturana




Yo a las mujeres me las imaginaba bonitas,pintadas como la rubia de la esquina que siempre sale a la calle cuando empiezaa oscurecerse, pero la Chana llegó a la casa gritando el otro día y le dijo ala mamá que no se había atrevido a contarle nada a la señorita, lo que lepasaba era demasiado terrible. Entonces se había escapado nomás del colegio porarriba de la pandereta congelada de miedo de no alcanzar a llegar y caersemuerta por el camino.

La mamá estaba lavando cuando llegó el berrinchey, como siempre hace alharacas,ni se dio vuelta para mirarla mientras ella lloraba y lloraba hasta que laChana le dijo de una herida que yo no pude oir bien. Ahí la hizo callar porqueestaba yo y le dijo que mejor se iban a conversar detrás de la casa para que lahermana chica -o sea yo- no escuchara. Pero por la muralla del fondo se oyetodo y yo me puse bien cerca hasta pegar la oreja, igual la Chana hablógritando todo el rato aunque la mamá la hacia callar por mi.

Claro que ahora que lo pienso mejor lasmujeres no tienen por qué ser bonitas. Por ejemplo, la mamá es mujer y es muyguatona. Yo creo que por eso el papá se fue y la dejó sola. Las mujeres que lesgustan a los hombres son las bonitas, como la rubia, que nunca anda sola.

Algo se puso a decir la Chana, que ahorasí que sabía que eso estaba mal, que hace dias la vino a dejar el Tito despuésde esa fiesta que hubo hasta bien tarde (yo quería esperarla, pero me quedédormida) y los dos se quedaron atrás, en el patio chico, tocándose, pero queahora estaba arrepentida de todo y no se quería morir por esa herida que tenía.

Como la mamá la quiere harto a la Chana laconsoló altiro claro que primero le dio unas cachetadas y le dijo cochinadesobediente. Pero después la tranquilizó riéndose y le dijo que no le iba apasar nada, que se quedara callada de una vez y le diera a ella los calzonespara lavarlos mientras la Chana buscaba otro par en los cajones y además untrapo limpio. Le dijo que desde ahora iba a tener que preocuparse de lavarlos ycambiarlos hartas veces al día por todos los meses y años. Porque ya eres mujerle dijo después.

Yo no entiendo qué tiene que ver ser mujer con eso de lostrapos. Parece que todas las mujeres lavan ropa cuando grandes como la mamá,sólo que a algunas no se les nota. Capaz que la rubia de la esquina también. Yocreo que el Tito a la Chana tiene que haberle pegado por fea cuando vinieron juntosa la casa, y que él le hizo la herida.Si todos los hombres pegan, y a lo mejor por eso le dijo la mamá a la Chana queya era mujer.

Después de un rato se fue a cambiar de calzones a1 lugar másapartado, pero yo igual la vi cómo lloraba, despacio sin que oyera la mamá y lepudiera volver a pegar. Pero la mamá ya estaba metiendo los calzones sucios enun tiesto con agua que salió colorada, y se río. Cuando la Chana salió a jugarmedio moqueando todavía la miró con la burla y de nuevo la cacheteó para que nohiciera más cochinadas con el Tito, le dijo.

Yo fui detrás de ella para ver si así entendía mejor. Llegóa jugar al luche con las de la otra cuadra que se hacen sus amigas, pero igualnomás cuchichean cuando ella no está.

Como en la mitad del juego, la Chana tuvo que saltar bienlejos y por debajo del yamper cayó un trapo lleno de sangre, igual que el queme pusieron a mi cuando me hice la herida en la rodilla. Yo creí que se iba amorir, pero ella más que susto tenía como vergüenza; dejó todo botado y corrióa la casa llorando mientras las demás no paraban de reirse y apuntarla con eldedo.

Yo no sé por qué pasó esto justo ahora que Javier ése delentes que va en mi curso, me ofreció hacerme la tarea y después llevarme undía a la casa. Y a mi me estaba empezando a gustar.

Pero yo no quiero que me acompañe de vuelta del liceo y pegue después como el Tito, no quiero sermujer y tener una herida como la Chana, ni crecer y ponerme guatona y que loshombres me peguen. Así que voy a inventar cualquier cosa y me voy a venir solaa la casa mejor. Aunque esté oscuro.

Imagen de Andrea Maturana en Despertando a Lilith